Proximo Partido, HURACÁN vs San Lorenzo, Domingo 20 de Octubre ,en el Palacio Tomas A Ducco,a las 15:30Hs, Arbitro del encuentro A designar

Copa Argentina: "Huracan vs Excursionistas, miercoles 30 de noviembre 22:00 hs en el estadio Bicentenario(capacidad para 18500 espectadores),SAN FERNANDO DEL VALLE, CATAMARCA,con el arbitraje de Germán Bermúdez ."


martes, 19 de julio de 2011

Feliz Cumple Loco!!!

Considerado uno de los mejores extremos derechos de la historia del fútbol argentino, Menotti le definió "una mezcla de Maradona y Garrincha", mientras que Babington, le señaló como "el jugador más talentoso de todos", Ángel Juárez dijo: "Para mí nunca existió un jugador del estilo de Houseman. Pelé, con todo su talento, no es capaz de inventar en velocidad como René. Es el único que gambetea en el aire, sin tocar el piso. Aún admirando a Pelé, René es más dotado, más loco, más genial, más inventor con la pelota". 

René Houseman nació en la ciudad de La Banda, Provincia de Santiago del Estero el 19 de julio de 1953, llegó a Buenos Aires a los cuatro años con su familia ,y desde entonces vivió en la villa del Bajo Belgran, en donde empezo su amor por el futbol el mismo comento "Cuándo vivía en la villa lo único que estaba era la pelota, con eso nos criamos". Terminó sexto grado a los 14 años. Entonces entró en “Los Intocables”, donde se realizaban pruebas para seleccionar a los chicos que querían formar parte del club. Houseman quedó, en esa época jugaba de marcador de punta izquierdo, y para él fue como tocar el cielo con las manos "Era un equipo en el que jugaba mi hermano mayor Carlos. Me acuerdo que era un conjunto imbatible. Yo, a los 14 años, ya estaba jugando ahí, que era como jugar en Primera. Para mí, era comparable a estar en la Selección. En esa época jugaba de 3”., sin embargo no se dedicaba solo a la pelota en esos tiempos también tuvo un trabajo haciendo los repartos de carne de la Carnicería El Triunfo, "el dueño era hincha de Huracán, yo trabajé ahí cuando era chico. Era durísimo, laburaba toda la noche. Después tuve muchos otros trabajos"sin embargo siempre, después del horario laboral, se iba a jugar al fútbol a la cancha de Pampa y Dragones, con “Los Intocables”. 

A René le encantaba el fútbol, pero odiaba el profesionalismo puesto que, si bien le daba una rentabilidad aceptable, lo obligaba a concentrar desde el viernes a la noche para jugar recién un domingo. Eran más que comentadas sus corridas por los techos para escaparse un rato las tardes de los sábados para jugar los "picados" por dinero que se jugaban en la cancha de su barrio. 

Ese sábado se escapó como tantos otros pero no para jugar, sino para ir a un cumpleaños. Y en medio de la fiesta el alcohol se le presentó como una tentación irresistible. Tan irresistible que lo que comenzó como una diversión terminaría siendo, con el tiempo, el vicio que lo llevó a la ruina. Pasado de copas el Hueso recordó, al mirar el reloj, que el partido de ese domingo ante River Plate era de mañana y no a media tarde como acostumbra hacerse en la Argentina. René salió corriendo de la fiesta y llegó "como pudo" a la concentración. No podía sostenerse en pie, sus compañeros se esforzaron por esconderlo de la vista del cuerpo técnico y una vez en la habitación le propiciaron una extensa sesión de duchas frías y una astronómica dosis de café en pos de su recuperación. O algo parecido. Llegó la hora, ese domingo 22 de junio se jugaba la 27º fecha del nacional ´75, el campeonato que a la postre se llevaría River Plate y que le serviría al club "millonario" para cortar una sequía de 18 años. El Palacio Tomás A. Ducó (estadio del C.A. Huracán) no presentaba un lleno total en sus tribunas, quizás influyó mucho que ese día se "estrenaba" el aumento en el precio de la entrada popular. Sólo hubo, según registros de la época, 36.242 espectadores. Testigos, sin saberlo aún, de un hecho que quedará para siempre en los anales del fútbol argentino. Como de costumbre con el "7" en la espalda, René Houseman, por disposición de su DT el brasileño Delém, salió a defender los colores de Huracán. La actuación del "Hueso" no fue descollante, sino todo lo contrario, no recuperado aún de su borrachera más bien deambulaba por ese carril derecho del ataque lugar dónde pergeñaba sus más exóticos malabares con la pelota como aliada incondicional. El partido moría y el 0-0 estaba casi sellado. Casi..., por que René se despertó, capturo un pase de Larrosa, encaró en diagonal, la tiro larga entre los dos centrales contrarios y ante la salida del arquero rival la cruzó al otro palo. Goooool, golazo. Y pese a que tres minutos más tarde River empataría y el 1-1 pasaría intrascendente. Esa tarde sería recordada como el día en que René convirtió un gol estando, aún, borracho. 

"Una tarde me presenté en el estadio para jugar el partido directo desde un cumpleaños de la noche anterior, con por supuesto un estado de ebriedad total. Cuentan que me hicieron duchar como una decena de veces... y tomar varios de litros de café. Jugábamos de local contra River. Entre lo que más o menos recuerdo y lo que me contaron... Cero a cero el partido, cuarenta y un minutos del segundo tiempo: parece que fui a buscar una pelota, proveniente de un pase de Russo…avanzando en diagonal de derecha a izquierda eludí a uno (a Héctor Osvaldo López), la tiré larga entre los dos defensores centrales (uno era Perfumo y el otro Ártico) y cuando desde el arco me salió Fillol en el mano a mano, amagué, lo eludí y la crucé suavemente con la pierna derecha. Modestamente, un golazo. Luego dicen que quedé tirado en el piso riéndome. Tras eso me hice el lesionado, pedí el cambio y me fui directo a dormir a mi casa. Comentan que la gente (ignorando inclusive mi situación de ese momento) me despidió con su tradicional: “Y chupe, chupe, chupe… / No deje de chupar… / El Loco es lo más grande / del fútbol nacional'… ¡Hice un gol borracho!".

Enterró "el Hueso". Nació "El Loco".


Llegó la hora, ese domingo 22 de junio se jugaba la 27º fecha del nacional ´75, el campeonato que a la postre se llevaría River Plate y que le serviría al club "millonario" para cortar una sequía de 18 años. 
El Palacio Tomás A. Ducó (estadio del C.A. Huracán) no presentaba un lleno total en sus tribunas, quizás influyó mucho que ese día se "estrenaba" el aumento en el precio de la entrada popular. Sólo hubo, según registros de la época, 36.242 espectadores. Testigos, sin saberlo aún, de un hecho que quedará para siempre en los anales del fútbol argentino. 
Como de costumbre con el "7" en la espalda, René Houseman, por disposición de su DT el brasileño Delém, salió a defender los colores de Huracán. La actuación del "Hueso" no fue descollante, sino todo lo contrario, no recuperado aún de su borrachera más bien deambulaba por ese carril derecho del ataque lugar dónde pergeñaba sus más exóticos malabares con la pelota como aliada incondicional. 
El partido moría y el 0-0 estaba casi sellado. Casi..., por que René se despertó, capturo un pase de Larrosa, encaró en diagonal, la tiro larga entre los dos centrales contrarios y ante la salida del arquero rival la cruzó al otro palo. Goooool, golazo. Y pese a que tres minutos más tarde River empataría y el 1-1 pasaría intrascendente. Esa tarde sería recordada como el día en que René convirtió un gol estando, aún, borracho. 
Con el tiempo y con el reconocimiento por parte del protagonista de su estado etílico, "El Pato" Fillol arquero que lo sufrió aquella tarde declaró: "Me parece terrorífico que eso haya pasado. No habla bien de Houseman ni del cuerpo técnico."

"Los animales a veces hablan, aunque nadie les lleva el apunte". Tanto Aquiles en aquella historia, como Delém esa tarde, son claros ejemplos de ello. Por suerte.
El Partido Homenaje 

Los amigos íntimos de René se cansaron de verlo luchar contra una situación económica adversa. Y estuvieron pensando algo para poder darle una mano. Así nació la idea de que Houseman tuviera un merecido homenaje en el estadio Tomás A. Ducó, su segunda casa, y que todo lo recaudado fuera directamente al bolsillo del Loco. Los dirigentes de Huracán ni siquiera tuvieron que pensarlo. El “sí” fue automático, René iba a volver al Palacio de Parque Patricios. Pero no como espectador, algo que hace desde hace muchos años, sino como jugador y centro de la atención general. La fecha pactada fue el 18 de junio de 2000. Por un lado estuvieron algunas de las glorias del club del barrio de La Quema: Omar Larrosa, Jorge Carrascosa, Roque Avallay, Miguel Brindisi, Claudio Morresi, Claudio García, Carlos Babington. Por el otro, estaba el combinado de las estrellas: Ricardo Enrique Bochini, Daniel Bertoni, Ubaldo Matildo Filliol, Olarticoechea, Mario Kempes, Claudio Marangoni, Sergio Goycoechea, Quique Wolff, entre otros. Faltó el más grande de todos, quien estuvo invitado, pero no pudo asistir a la fiesta. En el banco de Huracán, por supuesto, estuvo Cesar Luis Menotti. La hinchada se rompió las manos para aplaudirlo cada vez que tocaba la pelota. Y él, en medio del partido, alzaba la vista y saludaba con su mejor sonrisa. Y chupe, chupe, chupe y no deje de chupar, el Loco es lo más grande del fútbol nacional, cantaban los quemeros y los de otros clubes. A los cinco minutos del segundo tiempo, pasó algo que estaba fuera de los planes de cualquiera. René había salido segundos antes de terminar el primer tiempo y luego volvió a ingresar para saludar a la gente que no paraba de elogiarlo. Ahí nomás, una de las puertas de la platea del lado sur, se abrió y todo el mundo invadió la cancha para abrazarlo, tenerlo cerca y subirlo en andas, como a un verdadero campeón. El partido quedó interrumpido. Pero a René no le molestó. Estaba todo preparado para que vinieran a saludarme, justificó. Lo que más recuerdan de ese partido no son las dos habilitaciones que le puso al Turco García para que definiera sólo frente al arco, sino el reconocimiento de la gente, que no se olvidan lo que fue uno en el fútbol 


Integró la Selección Argentina desde 1973 hasta 1979. Llegó a cuartos de final en el Mundial Alemania 74, anotando 3 goles, y en el que conquistó la Copa del Mundo en Argentina 78, anotando 1 gol. El gol que anotó en el partido que Argentina empató 1 a 1 ante Italia en el mundial de 1974, es recordado por la calidad de su definición. Su último partido fue en la derrota 2-1 contra Resto del Mundo.


Resumen de la Carrera
En total jugó en Primera división 281 partidos y convirtió 109 goles. En Argentina jugó en Defensores de Belgrano, pasó River (en 1981, jugando 12 PJ y 1 GA), por Independiente (1984, 3PJ) y por Excursionistas, donde terminó su carrera, y Colo–Colo (Chile) y Amazulú (Sudáfrica). Pero fue en su Huracán donde descolló, jugo 266 partidos convirtiendo 108 goles, entre 1973 y 1980 y entre 1982 y 1983 y su promedio de gol fue el mas 0,39. Allí fue Campeón Metropolitano en 1973. En la selección Argentina disputó un total de 53 partidos y convirtió 13 goles. 




La que sigue es la historia de un súper héroe, pero no de los que te imaginas, un loco para unos, de un genio para otros, una leyenda para muchos…
Dicen haberlo visto fugarse e las concentraciones por las noches…
Dicen que llegaba y cambiaba todo…
Que brilló como pocos en el fútbol grande… Y que muchas veces por estar con los suyos, brilló por su ausencia…
Que faltando 5 minutos se hacía el lesionado para que entre un compañero. En esos tiempos, no jugabas, no cobrabas…
Que lo de Él era de todos y era guapo en serio. Y que hizo un gol inolvidable, del que no se acuerda…
Dicen que desde lo más alto aprovechó para volver al lugar al que siempre perteneció…
Esta no es la historia de Batman, ni la Superman…
Esta es la historia del hombre que nunca tuvo casa… La loca historia del Hombre Casa…




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