"UN GRITO DEL MáS ALLá"

Mientras los jugadores de Huracán regaban el césped de Avellaneda con sus lágrimas luego de haber perdido la batalla final que lo condenaba a jugar la próxima temporada en la B Nacional, llegó un estallido de Christian Cellay, ex Globo, proveniente de 60 kilómetros que hizo las veces de desfibrilador y resucitó al equipo de Roberto Pompei que estaba muerto. 

Con la manito de Boca, el miércoles habrá un partido desempate con Gimnasia, en La Bombonera, para ver quién promociona y quién se irá al descenso.

No, no se confunda. Usted no se equivocó y nosotros no nos volvimos locos. Ingresó bien, es el sitio oficial de Huracán. Hecha la aclaración, procedemos a la crónica correspondiente.No hay religión ni Biblia que alcancen para explicar lo que es la resurrección. Si algún ateo o agnóstico busca entender los ciclos de la vida, que no dude en consultar con Huracán, que volvió de la muerte y ahí anda, intentando recuperar ese corazón que estuvo apagado durante un largo rato y casi sin proponérselo volvió a funcionar.El Globo no respiraba, no tenía pulso y encima tenía el cuerpo frío. Todo a su alrededor estaba negro, ningún órgano vital daba señales y los médicos ya habían cubierto el cadáver para enviarlo a la morgue. De repente, y en medio de una angustia total, se oyó un grito del más allá. Era de Christian Cellay, de sangre quemera, quien lejos de asumir verlo muerto hizo las veces de desfibrilador y logró reanimarlo. Creer o reventar, Huracán empezó a moverse lentamente y el cuore volvió a latir. Resucitó, o mejor dicho, Cellay lo resucitó.Si Cellay, se acuerdan de Cellay??
ese mismo que el Presidente postergo durante años, ese mismo que el Presidente mando a colgar durante un tiempo a la quemita, ese mismo que regalo que dejo ir porque no servia, ese mismo es Cellay ese quemero que le dio vida a un Huracan semi muerto, por culpa del Presidente que le pego el tiro y que "Cellay con su grito del mas alla lo reavivo" (PDG)Ni René Favaloro, fanático de Gimnasia pero sobre todo eminencia en la materia, habría podido explicar lo sucedido. Pero el fútbol no tiene explicación, y ese gol de Boca hizo que el llanto desolador de Rodrigo Lemos se convirtiera en euforia. Los dirigidos por Pompei pasaron del velorio a la locura, del silencio y las lágrimas a los festejos. A sólo 30 segundos estuvo el club de Parque Patricios de formar parte de los equipos de la B Nacional. Por suerte, la radio, que durante toda la tarde (salvo el gol de Olimpo) se había encargado de transmitir malas noticias, cortaba las distancias entre La Plata y Avellaneda y transformaba el centro de Riquelme, la peinada de Palermo y el toque final de Cellay en delirio entre los que aún permanecían en el sector alto de la tribuna de Independiente y los que ya habían abandonado el estadio envueltos en profunda tristeza.Tiene una vida más, pero depende nuevamente de sí para hacerla valer. Tiene que aprender de montones de errores propios para no volver a caer en su misma impotencia. En lugar de jugar el partido como una final, salió a ver qué pasa y lo pagó carísimo. Esta tarde puede figurar sin duda entre los peores 45 minutos iniciales del torneo, con lo que eso implica y los bajísimos rendimientos que se vieron en este Clausura. El entrenador nunca le encontró la vuelta al encuentro y entre Cura y Nieto padecieron constantemente a Iván Vélez, quien parecía el Negro Ibarra en sus mejores épocas en el Xeneize. Lo pensó mal y lo jugó peor el Globo. Fue un conjunto totalmente desarticulado, sin creación y mucho menos recuperación. Los cinco goles finales fueron generosos en comparación de todas las llegadas que tuvo el Rojo.Por esto, es hora de que este equipo recapacite lo que se encuentra en juego y a pesar de sus limitaciones futbolísticas saque valentía y coraje para encarar el partido del miércoles ante Gimnasia, que le permitirá acceder a la Promoción o lo devolverá a esa oscuridad en la que se vio inmerso durante esta tarde. Lo real es que ya nadie podrá estrecharle una mano para ayudarlo, tendrá que hacerse valer por sí mismo. No está muerto quien pelea… Por las dudas, estás a tiempo de pasar por el cardiólogo y exigirle que te haga un electrocardiograma para ver si el corazón resiste a otra jornada como la de hoy…

Fuente: Depto. de Prensa del C.A. Huracán